Este sábado 1 de
octubre se cumplen 20 años de que Arsène Wenger asumió oficialmente como DT del
Arsenal.
Entre acontecimientos importantes, guerras, crisis, conquistas, finales perdidas por Argentina, la creación de Argsenal (?), Wenger sigue ahí. Probablemente estés leyendo esto y ni siquiera habías nacido por aquel entonces, así que desde ésta humilde cuenta, ahora blog, te invitamos a repasar la historia del francés a lo largo de estos años. No les podemos prometer nada, solo que no gastaremos mucho y habrá muchos juveniles implicados.
- "Arsène... Who?"
- Wenger, pase, le vamos a contar un poco sobre él.
Evening Standard, un diario londinense, replicaba con esa socarrona pregunta a la elección de Wenger el 22 de septiembre de 1996. Y claro, el franchute se convertía en uno de los primeros técnicos extranjeros, detrás del checo Venglos y el argentino 'Ossie' Ardiles, que se hacía cargo de un equipo desde la creación de la Premier League en 1992. El mismo año de su arribo, el holandés Ruud Gullit había asumido a cargo del Chelsea, pero "apenas" aguantó una temporada y media al frente de la escoria de Londres.
Fue por aquella época cuando el presidente del Arsenal, Peter Hill-Wood, junto a David Dein, viajaron rumbo a Japón para tratar de fichar a Oliver Atom intentar convencer a un entrenador que deslumbraba por sus revolucionarias ideas en Oriente y que se había destacado más en la Universidad de Estrasburgo que como jugador en dicha ciudad. Así lo detalla el propio Hill-Wood en el libro 'The Glorious Game': "No sé cómo llegamos hasta allí, pero allí estábamos".
Tras 9 años y 2 ligas conquistadas, George Graham fue despedido por coimero (?) en febrero de 1995. Dein, que conocía a Wenger desde años anteriores, cuando Arsenio dirigía al Mónaco, vio su oportunidad para proponerlo ante la junta directiva. ¿Un entrenador extranjero? ¿Que viene de Japón? ¿Oyes lo loco que suena eso?
Un año después, y ante la negativa de Johan Cruyff para asumir el cargo, se iba a presentar nuevamente la ocasión aunque con un resultado distinto para fortuna de todos nosotros. Wenger, que entrenaba al Nagoya Grampus, estaba encantado con la cultura japonesa y consideraba permanecer en el país asiático hasta que la parca lo vaya a buscar. No fue la muerte sino los muertos del Arsenal (?), quienes junto al embarazo de su esposa lo obligaron a armar las valijas hacia un nuevo destino: Londres.
Nadie imaginaba que aquel fichaje que se confirmó días después iba a dar paso a la incorporación más relevante del club. La llegada de Wenger transformó por completo la historia y la fisonomía del Arsenal, con su fútbol vistoso, el descubrimiento de nuevos talentos y su habilidad con las ventas.
Tuvo un impacto inmediato en el vestuario. Le puso fin a la cerveza y la comida chatarra. Un ortiba bárbaro. Medida que, por supuesto, confrontó con los líderes del plantel. Uno de ellos, Tony Adams, que en su momento reconoció que no lo entusiasmaba demasiado la llegada del nuevo entrenador, cambió de opinión y años posteriores declaró que el francés "se ganó rápidamente el respeto de todos y, de entrada, lo que hizo fue esforzarse en entender a todos sus jugadores".
"Era increíble porque realmente te hacía sentir que eras el mejor del mundo en tu puesto. Impuso una dieta que fue una auténtica novedad y nos puso la pelota como parte principal de los entrenamientos. Fue una revolución", sentenció Nigel Winterburn, uno de los integrantes de la vieja escuela gunner.
A pesar de los constantes aprietes de la barra en las prácticas (?), los hinchas lo reconocieron por su buen ojo para incorporar. En sus primeros años sumó a jugadores como Patrick Vieira, Nicolas Anelka, Marc Overmars y Emmanuel Petit. Ljungberg y Kanú fueron los siguientes en llegar en 1998 y 1999 respectivamente, coincidiendo con las salidas de Platt y Wright.
La combinación de los refuerzos y sus innovadoras prácticas dignas de laboratorio, dieron frutos inmediatos con los títulos de liga obtenidos en las temporadas 97-98 y 2001-02. En los tres torneos entre esos años, fue subcampeón del Manchester United, comenzando a fomentar también su amor por las pecheadas (?). En su primera década al frente del equipo, logró levantar cero Champions League tres Premier, cuatro FA Cup y cinco Community Shield.
Entre ellos la destacada conquista de la Premier 2003/04, de manera invicta con 26 triunfos y 12 empates, con el equipo bautizado como "Los Invencibles", que contaba con Jens Lehman, Lauren, Sol Campbell, Kolo Touré y Ashley Cole en una defensa que recibió apenas 26 goles. Gilberto Silva y Vieira protegiendo y cediéndole libertad a un ataque letal con Pirès, Ljungberg, Bergkamp y el goleador Thierry Henry, que marcó 30 (!) de los 73 goles del equipo.
En el año 2006, dos meses después de alcanzar la final de la Champions League por primera vez en su historia y perderla LA RE PUTA MADRE frente al Barcelona en París, el capo de Londres inauguró su nuevo estadio.
La construcción del Emirates representó una vuelta de tuerca en la historia de Wenger en el Arsenal. Mas allá del afecto de la gente y el técnico con Highbury, mudarse a un estadio más grande era fundamental si el club pretendía seguir creciendo. A su vez, era consciente de que esto limitaba sus posibilidades de invertir en el equipo. Así es como conocemos al Wenger rata de hoy (?). También que una mala temporada representaría un duro revés para las arcas del club.
Ashley Cole se fue al Chelsea, Pires al Villarreal, Campbell y Lauren al Portsmouth, Reyes al Real Madrid y Bergkamp se retiró. Hablando en criollo, estaba en un quilombo bárbaro. Pero Wenger, ni lento ni perezoso (?) decidió comprar a jóvenes promesas por una ganga a comparación de lo que valdrían años después. Entre ellos llegaron al club traidores como Fabregas, van Persie, Nasri o el roto Diaby. Su proyecto fracasó debido a que no tuvo en cuenta los gastos médicos que iba a acarrear la contratación de este último. No, bueno, en serio. La llegada del multimillonario ruso Roman Abramovich al Chelsea y la de los jeques al Manchester City impulsaron el crecimiento de estos clubes de mierda (?) así como complicaron el plan de Wenger.
No solo los asuntos financieros y el entorno fueron los responsables del declive del Arsenal durante la segunda década de Wenger. El técnico no logró impedir que sus principales nuevas figuras antes mencionadas dejaran el club, cansados de la falta de ambición demostrada, en busca de títulos y contratos jugosos.
Durante estos últimos años, su continuidad frente a la institución es tema de debate todas las temporadas. Desde la FA Cup de 2005, no logró conquistar otro título hasta que en 2014 levantó nuevamente el mismo trofeo. Nueve años de decepciones, derrotas durísimas y una relación con el ♥4to puesto♥ han provocado que su intocable personalidad fuera perdiendo consistencia junto al aumento de la exigencia de la hinchada de que abandone la institución. A pesar de las turbulencias, nunca pensó en irse y siempre contó con el apoyo incondicional del propietario del club, Stan Kroenke, y de la junta directiva.
Los títulos de FA obtenidos consecutivamente en 2014 y 2015 contribuyeron a calmar las aguas. Las incorporaciones de Özil y Alexis Sánchez así como las de Xhaka y Mustafi en el último mercado, parecen ser las últimas armas de Wenger que busca volver a poner a su Arsenal en los primeros planos.
Mientras tanto, cumplirá 1.130 (!) partidos a cargo del club este domingo vs Burnley. Esta temporada parece haber vuelto a encontrar su identidad y se perfila para hacerle frente a cualquiera. ¿Podrá lograrlo? No sabemos, de lo que no dudamos, es de su amor a la institución y que es el más grande de nuestra historia. Gracias, profesor.
Este sábado 1 de
octubre se cumplen 20 años de que Arsène Wenger asumió oficialmente como DT del
Arsenal.